jueves, 26 de octubre de 2017

Un secreto que queremos conocer

¿Qué es un secreto?... Un secreto es algo que muy pocas personas conocen. La Biblia habla de un secreto muy importante y lo llama “el secreto sagrado”. Es sagrado porque viene de Dios. Al principio nadie lo sabía. Y hasta los ángeles querían saber qué era. ¿Te gustaría conocer ese secreto?

Hace muchos, muchos años, Dios hizo al primer hombre y a la primera mujer. ¿Cómo se llamaban?... Adán y Eva. Ellos vivían en el jardín de Edén. Ese era un lugar precioso, que Diosles había p para que fuera su hogar. Dios quería que ellos y sus hijos hicieran que toda la Tierra fuera muy bonita, igual que el jardín de Edén. Quería que todos vivieran para siempre en un paraíso. Pero eso no pasó. ¿Por qué no?

Porque Adán y Eva no obedecieron a Dios, y por eso no vivimos hoy en un paraíso. Pero Dios prometió que un día toda la Tierra será un paraíso. Todo el mundo vivirá para siempre y será feliz. ¿Cómo cumplirá esa promesa? Por mucho tiempo, ninguna persona lo supo. ¡Era un secreto!

Pero se fue descubriendo poco a poco. Cuando Jesús vino a la Tierra, le enseñó a la gente cuál era este secreto. Les explicó que era el Reino de Dios. Cuando le oramos a Dios, le pedimos: “Venga tu reino”. ¿Por qué? Porque ese Reino convertirá la Tierra en un hermoso paraíso.

¿Te gustaría vivir en ese paraíso?... Recuerda que solo las personas que obedecen a Dios vivirán en el Paraíso. La Biblia cuenta las historias de muchos hombres y mujeres que obedecieron a Jehová Dios. En este folleto vamos a aprender quiénes eran y cómo podemos ser como ellos. ¿Te gustaría conocerlos?

Con información de
Padres a Hijos
Lección 1, Página 4,5

Enséñeles a navegar seguros por Internet

EL PROBLEMA

Las noticias le dan la impresión de que Internet es un refugio de acosadores, depredadores sexuales y ladrones de identidad. Eso le preocupa, pues su hijo está a menudo en línea y parece que no conoce los peligros a los que se expone.

Usted puede enseñarle a navegar con seguridad por Internet, pero primero debe conocer mejor cómo es la vida en el ciberespacio.

LO QUE DEBE SABER

Es posible acceder a Internet desde dispositivos móviles. Tener la computadora en un lugar visible de la casa sigue siendo buena idea. Pero si la tableta o el teléfono inteligente de su hijo tienen conexión a Internet, él podrá estar en línea cuando quiera... ¡y sin supervisión!

Algunos jóvenes pasan demasiado tiempo en Internet. “Enciendo la computadora con la intención de pasar cinco minutos leyendo mi correo, pero acabo viendo videos durante horas —admite una joven de 19 años—. Tengo que aprender a controlarme.”

Los adolescentes suelen revelar más información de la que deberían. Hay personas malintencionadas que utilizan las fotos y los comentarios que los jóvenes publican para tratar de descubrir dónde viven, a qué escuela van o cuándo están solos en casa.

Algunos no comprenden las consecuencias de lo que ponen en línea. Lo que se sube a Internet se queda para siempre en Internet. A veces se publican fotos o comentarios comprometedores, y puede que con los años alguien los encuentre, tal vez un patrón que está evaluando las solicitudes de posibles empleados.

Recuerde: el problema no es Internet, el problema es cómo se usa.

LO QUE PUEDE HACER

Enséñele a establecer prioridades y a usar bien el tiempo. Para convertirse en un adulto responsable hay que aprender a poner en primer lugar las cosas importantes. La comunicación familiar, los deberes escolares y las tareas del hogar son más importantes que Internet. Si su hijo pasa demasiado tiempo conectado, póngale un límite y, si es necesario, use un cronómetro. (Principio bíblico: Filipenses 1:10.)

Enséñele a pensar antes de publicar algo en línea. Ayude a su hijo a hacerse preguntas como: “¿Podría ofender a alguien con este comentario? ¿Dañará mi reputación esta foto? ¿Me avergonzaría de que mis padres y otros adultos vieran esta foto o leyeran este comentario? ¿Qué impresión tendrían de mí? ¿Qué pensaría yo de alguien que publicara esta foto o este comentario?”. (Principio bíblico: Proverbios 22:3.)

Enséñele a guiarse por valores, no solo por reglas. Es cierto que no puede controlar cada movimiento de su hijo. Además, su meta no es esa, sino ayudarle a desarrollar la capacidad de “distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto” (Hebreos 5:14). Así que en vez de centrarse en reglas y castigos, enséñele a preguntarse qué reputación quiere tener, por qué cualidades quiere que lo conozcan, etc. La responsabilidad de usted es ayudarlo a tomar buenas decisiones, esté con él o no. (Principio bíblico: Proverbios 3:21.)

Para conducir un automóvil no basta con saber cómo hacerlo, también hace falta ser prudente. Lo mismo pasa con Internet. Su hijo necesita que usted lo guíe. Después de todo, como dijo Parry Aftab, una especialista en seguridad en Internet: “Los muchachos podrán saber más de tecnología, pero los padres saben más de la vida”.

Con información de
¡Despertad! Mayo 2014
Páginas 8,9

miércoles, 25 de octubre de 2017

Abel; Aunque murió, todavía habla

ABEL observa a su rebaño de ovejas pastando tranquilamente en la ladera al atardecer. Entonces, el muchacho mira a la distancia, mucho mas alla de sus ovejas, y su vista se centra en el leve resplandor 
que aparece a lo lejos. El sabe que allı hay una espada envuelta en llamas que gira y gira sin cesar, bloqueando la entrada al jardín de Edén. Sus padres solıan vivir en ese lugar, pero ahora no pueden entrar ni ellos ni nadie mas. Imagınese a Abel, con el cabello un tanto alborotado por la brisa, alzando los ojos al cielo y pensando en su Creador. ¡Cuanto anhelaba que algun dıa se cerrara la brecha que separaba de Dios al hombre! No habıa nada en el mundo que deseara mas.

Abel, el segundo hijo de Adan, nos esta hablando hoy. ¿Podemos oırlo? “Pero ¿cómo es posible, si murió hace muchísimo tiempo?”, quizás piense usted. Y es verdad, sus restos se convirtieron en polvo hace casi seis mil años. Además, la Biblia nos explica que los muertos “no tienen conciencia de nada en absoluto” (Ecl. 9:5, 10). Y no solo eso: en las Escrituras no aparece ni una sola palabra pronunciada por Abel. ¿Como puede entonces hablarnos?

Inspirado por Dios, el apóstol Pablo dijo lo siguiente sobre Abel: “Por [medio de] ella, aunque murió, todavía habla” (lea Hebreos 11:4). ¿Por medio de que sigue hablando? Por medio de su 
fe. Abel fue el primer ser humano que cultivó esa hermosa cualidad. Tuvo una fe tan firme y profunda que su ejemplo ha logrado superar la prueba del tiempo y continua vivo hasta nuestros días. Si nos esforzamos por imitarlo, será como si Abel realmente nos estuviera hablando.

Pero, puesto que se dice tan poco de Abel en la Biblia, ¿que podemos aprender de él y de la fe que demostro? En este capítulo hallaremos la respuesta.

Vivió en el tiempo de “la fundación del mundo”

Abel nació casi al principio de la historia del hombre. Siglos despues, Jesús dijo que había vivido en el tiempo de “la fundación del mundo” (lea Lucas 11:50, 51). Todo indica que con la palabra mundo Jesús se estaba refiriendo al conjunto de los seres humanosque podrıan ser redimidos, o rescatados, del pecado. Aunque Abel fue el cuarto ser humano de la historia, al parecer fue el primero a 
quien Dios consideró digno de ser redimido. 
Es evidente que Abel no se crió en el mejor de los ambientes.

Aunque el mundo acababa de empezar, aquella primera familia ya se encontraba en circunstancias muy lamentables. Adán y Eva seguramente disfrutaban de belleza física y vitalidad; habían sido perfectos y habían tenido ante sí la perspectiva de vivir para siempre. Pero cometieron un gravísimo error, y lo sabían: se rebelaron contra Jehová y por eso fueron echados del paraıso en que vivían, el jardín de Edén. Por poner sus deseos antes que todo lo demás —incluso antes que las necesidades de sus hijos—, perdieron la perfeccion y la vida eterna (Gen. 2:15–3:24).

Con información de 'Ejemplos de Fe'
Capítulo 1
La vida de Adán y Eva fuera del jardín era muy dura. Así y todo, cuando les nació su primer hijo, lo llamaron Caín, que significa “Algo Producido”, y Eva exclamo: “He producido un hombre con la ayuda de Jehová”. Tal vez pensó en la promesa que Jehová había hecho en el jardín cuando profetizó que cierta mujer produciría una “descendencia” que destruiría al ser malvado que los había descarriado (Gen. 3:15; 4:1). ¿Creyó Eva que ella era la mujer de la profecía y que Caín era la “descendencia” prometida?

En ese caso, estaba muy equivocada. Es más, si ella y Adán inculcaron esa idea en Caín durante su crianza, lo único que consiguieron fue alimentar su orgullo. Con el tiempo, Eva dió a luz a su segundo hijo, pero no encontramos expresiones tan pretenciosas acerca de él. Lo llamaron Abel, que posiblemente significa “Exhalación” o “Vanidad” (Gen. 4:2). ¿Quería decir la elección de ese nombre 
que sus expectativas eran menos ambiciosas, que no esperaban tanto de Abel como de Caín? Quizás, pero no podemos saberlo a ciencia cierta.

Los padres de hoy pueden aprender mucho de los errores de aquellos primeros padres. ¿Alimentarían con sus palabras y acciones el orgullo, la ambición y el egoısmo de sus hijos? ¿O les ensenarán a amar a Dios y buscar su amistad? Lamentablemente, Adán y Eva no cumplieron bien con su responsabilidad. No obstante, había esperanza para sus hijos.

¿Atormentaría almas un Dios de amor?

La cualidad predominante del Creador del hombre es el amor. El es la mismísima personificación del amor. Es por eso que la Biblia dice: ''Dios es amor." (1 Juan 4:16) De este Dios amoroso, el salmista David cantó: "Porque estar bajo su cólera es por un momento, estar bajo su buena voluntad es por toda la vida."-Sal. 30:5.

El grado del amor de Dios al género humano se manifiesta por el punto de vista que él tiene de los que quebrantan sus leyes. Aunque las acciones de ellos lo hagan "sentirse herido" y le 'causen dolor,'
no se enciende inmediatamente contra ellos en cólera. (Sal. 78:38-41) Misericordiosamente 
les extiende oportunidades para que cambien de caminos, pues no se complace en tener que ejecutar juicio adverso contra ellos. Por medio de su profeta Ezequiel dijo al Israel desobediente: "No me deleito en la muerte del inicuo, sino en que alguien inicuo se vuelva de su camino y realmente siga viviendo. Vuélvanse, vuélvanse de sus malos caminos, pues ¿por qué es que deberían morir, oh casa de Israel?" (Eze. 33:11) Considerando preciosa la vida, Jehová Dios se encarga de que se dé advertencia a los que violan sus leyes justas.

Un caso a propósito es Nínive, la capital de la antigua Asiria. Como se informa en la Biblia, los habitantes de esa ciudad se hicieron tan inicuos que Jehová pensaba destruirlos. Sin embargo, les dio la oportunidad de abandonar su maldad. En su amor y misericordia ilimitados les envió al profeta Jonás. "Solo cuarenta dias más, y Nínive será derribada," fue el anuncio pasmoso del profeta de Jehová.-Jon. 3:4.

Los ninivitas sabían que se habían hecho un mal registro. Su conciencia dada por Dios los condenaba. Aunque no eran adoradores de Jehová Dios, sí eran dados al temor a las deidades. De modo que cuando oyeron a un extranjero sin interés personal imaginable en ellos declararles con denuedo que se acercaba su destrucción, los ninivitas sufrieron una sacudida que les hizo recobrar el sentido. La entera ciudad, incluso el rey, se arrepint ió en saco y cenizas.

Con información de Atalaya
15 de Abril de 1974
Misericordiosamente, el Dios de amor perdonó a los ninivitas arrepentidos de la calamidad que su profeta babia pronunciado contra ellos. Jonás sencillamente no pudo comprender esto. De hecho, se encolerizó. Salió de la ciudad y se construyó una cabaña al este de Ninive. Alli se quedó para ver lo que le sucedería a la ciudad.-Jon. 4 :1-5.

Para que Jonás comprendiera lo correcto de que Dios perdonara a los ninivitas, Jehová optó por enseñarle por medio de una lección práctica. Hizo que una calabaza vinatera creciera milagrosamente 
y le proveyera sombra agradable a Jonás en su cabaña. Más tarde, Jehová asignó a un gusano para que se alimentara de la planta, haciendo que ésta se secara. Privado de la sombra de la planta, Jonás tuvo que sentir los efectos de un viento abrasador del este y el sol caluroso que le hería la cabeza. Sin duda empezó a preguntarse por qué la planta tenía que haberse marchitado, especialmente cuando había sido una bendición tan grande para él. Aunque J onás ni la había plantado ni la había atendido, sintió lástima por la planta; parecía una lástima que tuviera que morir tan pronto. Jon. 4:6-10.

Sin embargo, Jehová Dios tenía mucha más razón para sentir lástima de Ninive. El valor de sus habitantes y animales domésticos era mucho mayor que el de una calabaza vinatera. Aplicando la lección práctica, Jehová le preguntó a Jonás: "¿No debería yo sentir lástima por Nínive la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su izquierda, además de muchos animales domésticos?" -J on. 4: 11.

¿Es razonable concluir que un Dios que tiene sentimientos tan tiernos para con los hombres atormentaría en un infierno ardiente por toda la eternidad a algunos de ellos después de la muerte de éstos? Si Jehová Dios no se deleita en la muerte de los inicuos, ¿cómo es posible que de manera alguna se complaciera en ver sufrir a la gente la mayor de las agonías por toda la eternidad?

Mientras los israelitas participaban en la repugnante práctica de sacrificar niños, Jehová dijo a su profeta Jeremías: "Han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinón, a fin de quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego, cosa que yo no había mandado y que no había subido a mi corazón." (Jer. 7:31) Si la práctica abominable de sacrificar niños era algo que jamás pudiera haber concebido el Dios de amor, ¿cómo es posible que pudiera concebir el tormento eterno para los hombres que violan sus leyes?

DIOS NO RETIENE EL CASTIGO

Esto no significa que Jehová Dios deja sin castigo la comisión del mal, que él hace la vista gorda ante violaciones notorias de sus mandamientos. Su Palabra declara: "Jehová es un Dios que exige devoción exclusiva y se venga; Jehová se venga y está dispuesto a la furia. Jehová se venga contra sus adversarios, y está resentido para con sus enemigos. Jehová es tardo para la cólera y grande en poder, y de ninguna manera se retendrá Jehová de castigar." (Nah. 1:2, 3) "El es sabio de corazón y fuerte en poder. ¿Quién puede mostrarle terquedad y salir ileso?" (Job 9:4) Aun los que afirman ser su pueblo pero que se hacen culpables de transgresión no son protegidos de daño, sí, tormento.

Si uno trata de ocultar su pecado, Dios no lo eximirá del efecto atormentador de una conciencia culpable. Un hombre que experimentó esto fue David. El escribió: "Cuando me quedé callado se gastaron mis huesos debido a mi gemir todo el día. Porque día y noche tu mano estaba pesada sobre mí. La humedad de mi vida se ha cambiado como en el calor seco del verano."- Sal. 32:3, 4.

El intento de reprimir una conciencia culpable agotó a David. La angustia por lo que había hecho redujo su vigor tal como un árbol pudiera perder humedad vivificante durante el calor intenso de un verano árido. Sin embargo, el tormento que experimentó David produjo buenos resultados. Le impelió a confesar su pecado y recobrar una relación apropiada con su Dios.

Hasta la disciplina más severa a que Jehová Dios someta a un pueblo tiene propósito determinado. Puede efectuar su mejoramiento. Jehová Dios nunca aflige a nadie para derivar de ello placer personal. No se deleita más en administrar castigo de lo que se deleitaría en hacerlo un padre amoroso al tratar con un hijo desobediente. llustrando el propósito de su disciplina, Jehová declaró por medio de su profeta Isaías:

"¿Es acaso todo el dla que ara el arador para sembrar, que afloja y rastrilla su suelo? ¿Acaso, cuando ha allanado su superfl·cie, no esparce entonces comino negro y riega el comino, y no tiene que meter trigo, mijo, y cebada en el lugar designado, y es pelta como su lindero? Y uno lo corrige con forme a lo que es recto. Su propio Dios lo instruye. Pues no es con instrumento trilla dor que se hace la pisa del comino negro; y sobre el comino no se hace que dé vueltas la rueda de carreta. Porque es con una vara que generalmente se bate el comino negro, y el comino con un palo. ¿Acaso el mismisimo material para hacer pan generalmente se tritura? Pues nunca sigue pisándolo uno incesantemente. Y tiene que poner en moción el rodillo de su carreta, y sus propios corceles, pero no lo triturará. Esto también es lo que ha procedido de Jehová de los ejércitos mismo, quien ha sido maravilloso en consejo, quien ha obrado grandiosamente en trabajo eficaz."-Isa. 28:24-29.

El arar y el segar están limitados. La dureza del suelo gobierna el grado o intensidad del arar. La clase del grano determina la fuerza y peso de los instrumentos que se usan para trillar. De modo similar, Jehová Dios no disciplina ni castiga para siempre a los que quebrantan su ley. Principalmente los disciplina para suavizarlos, para hacerlos más receptivos a su consejo y guía. Esto ilustra la sabiduría 
de Dios al limpiar a la gente, librar de rasgos indeseables por medio del tratamiento que mejor encaja en las necesidades existentes.

A veces lo que Jehová Dios permite que les venga a los individuos puede ser un verdadero tormento para ellos. Puede poner de manifiesto dolorosamente los caminos incorrectos de éstos. (Compare con Revelación 11 :10.)

Los que no prestan atención a las denunciaciones que Jehová Dios ha proclamado por boca de sus siervos sufren el efecto atormentador del mensaje. Pierden las bendiciones que recibirían si se arrepintieran y cambiaran de caminos. Sin embargo, aun en su caso, el tormento cumple un fin. Revela que no son dignos de que se les exima de la ejecución del juicio de Dios.

Pero, ¿podría decirse que el tormento eterno tendría propósito? Si Jehová Dios fuese a someter a los hombres a tormento eterno, ¿se beneficiarían los atormentados? Es obvio que no. Aunque quisieran, 
no podrían llegar a ser mejores individuos y mejorar su situación. Por otra parte, también, el Creador no ganaría nada con atormentarlos eternamente. Esto solo lo obligaría a hacer algo que no quiere hacer, a saber, contemplar constante sufrimiento, sufrimiento que no tiene buen propósito en mira para la persona a quien se le hace experimentarlo sin ninguna posibilidad de alivio. El profeta Habacuc escribió con referencia a Dios: "Tú eres de ojos demasiado puros para ver lo que es malo; y mirar a penoso afán no puedes." (Hab. 1:13} ¿Cómo, entonces, podría Dios contemplar por toda la eternidad la angustia de los que quebrantaran su ley?

Verdaderamente es inconcebible que un Dios de amor hiciera algo completamente contrario a su personalidad, caminos y tratos.

Sin embargo, se pudiera preguntar: ¿Es ésta la única evidencia contra la ensefianza del tormento eterno? ¿No hay evidencia que muestra que algo sobrevive a la muerte del cuerpo? ¿No continúa la existencia consciente después de la muerte? Por eso, ¿habrá tormento para lo que sobrevive a la muerte del cuerpo? Para la respuesta a estas preguntas, lo invitamos a leer el siguiente articulo.

martes, 24 de octubre de 2017

Un joven rico toma una mala decisión

AQUEL gobernante joven y rico era una persona recta, religiosa y respetuosa de la ley. Cuando llegó hasta jesús, se puso de rodillas y le preguntó: "Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?" (Marcos 10:17).

Jesús le indicó que debía obedecer los mandamientos de Dios. Entonces el joven le pidió que fuera más específico, así que Jesús dijo: "No debes asesinar, No debes cometer adulterio, No debes hurtar, No debes dar falso testimonio, Honra a tu padre y a tu madre, y, Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo". Aquellos eran mandamientos básicos de la Ley que Dios entregó a Moisés. Pero el joven insistió: "Todos estos los he guardado; ¿qué me falta aún?" (Mateo 19:16-20).

El relato indica que "jesús sintió amor por él" y le dijo: Una cosa falta en cuanto a ti: Ve, vende las cosas que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven, sé mi seguidor (Marcos 10:18-21).

De repente, el joven gobernante se vio ante una importante decisión. ¿Qué haría? ¿Estaría dispuesto a renunciar a las riquezas materiales y hacerse discípulo de Jesús, o se aferraría a sus posesiones? Es decir, ¿preferiría tener tesoros en la Tierra, o tesoros en el cielo? La decisión no debió de resultarle nada fácil. Es evidente que este joven estaba interesado en los valores espirituales, pues obedecía la Ley e incluso había preguntado qué más podía hacer para obtener el favor de Dios. Pero ¿qué decidió finalmente? "Se fue contristado, porque tenía muchas posesiones" (Marcos 10:22.)

Aquel joven gobernante obviamente tomó una mala decisión, pues si se hubiera convertido en un fiel discípulo de Jesús, podría haber alcanzado la vida eterna que tanto anhelaba. La Biblia no explica qué ocurrió con este joven después de aquel suceso. Lo que sí sabemos es que, unos cuarenta años después, muchos judíos perdieron todo lo que tenían -incluso sus vidas- cuando el ejército romano asoló Jerusalén y gran parte de Judea.

A diferencia del joven gobernante, el apósto Pedro y otros discípulos sí tomaron una buena decisión: dejaron "todas las cosas" y siguieron a Jesús. ¡Y qué sabio fue eso! Jesús les dijo que los beneficios compensarían con creces todo lo que habían dejado atrás, e incluso que heredarían la vida eterna. Sin duda, estos hombres jamás se arrepintieron de su decisión (Mateo 19:27-29).

Todos tenemos que tomar decisiones en la vida. Puede que algunas no sean muy importantes, pero otras sí lo son. ¿Qué dijo Jesús al respecto? ¿Aceptará usted sus consejos? Si lo hace, recibirá abundantes recompensas.

Si usas las redes, no te enredes | Pizarra Animada

¿Cómo hacer las paces?


Refiriéndose a los seres humanos, la Biblia declara: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Es de esperar que entre los más de siete mil millones de personas imperfectas del planeta surjan choques. Ahora bien, ¿cómo podemos hacer las paces cuando llegamos a tener problemas con alguien?


La Biblia, un libro con consejos muy prácticos, afirma que nuestro Creador, cuyo nombre es Jehová, es “el Dios de la paz” (Hebreos 13:20; Salmo 83:18). ´El desea que sus criaturas terrestres disfruten de relaciones pacíficas, e incluso nos ha puesto el ejemplo. Al pecar, Adán y Eva arruinaron la relación de la humanidad con Dios. No obstante, Jehová tomó de inmediato las medidas necesarias para reconciliarse con su creación humana (2 Corintios 5:19). A continuación veremos tres consejos que nos da la Biblia para reconciliarnos con los demás.

Perdonar sin reservas

¿Qué dice la Biblia? “Continúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó liberalmente a ustedes, así también háganlo ustedes.” (Colosenses 3:13.)

¿Cuál es la dificultad? Quizás usted tenga una verdadera “causa de queja” y crea que la relación con el ofensor merece terminar. O tal vez piense que este debe pedirle perdón primero. Pero ¿y si dicha persona no sabe que lo ha ofendido o considera que usted es quien lo ha lastimado? En ese caso, el problema quedará sin resolver.

¿Qué hacer? Siga el consejo bíblico de perdonar sin reservas, en especial si la falta no fue grave. A fin de cuentas, si Dios llevara un registro de nuestros errores, ¿quién podría dar la cara ante él (Salmo 130:3.) La Biblia dice que “Jehová es misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa. Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:8, 14).

Fíjese también en este proverbio bíblico: “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión” (Proverbios 19:11). La persona perspicaz ve más allá de las apariencias, es capaz de discernir la razón por la que alguien dice o hace algo poco amable. Pregúntese: “¿Por qué me trataría así? ¿Estaría bajo presión, o quizá tenía cansancio o algún malestar?”. Identificar los verdaderos sentimientos y motivos, así como las circunstancias del ofensor, podría templar su indignación y ayudarle a pasar por alto las faltas.

Hablar con el ofensor

¿Qué dice la Biblia? “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano.” (Mateo 18:15.)

¿Cual es la dificultad? Las emociones negativas —como el temor, la ira y la vergüenza— pudieran 

impedirle que aborde al implicado para resolver la situación. Además, es posible que usted se sienta tentado a buscar apoyo contando a otros lo sucedido, lo cual probablemente avivará y agrandará el problema.

¿Que hacer? Si la ofensa es grave y usted cree que es imposible pasarla por alto, hable con el implicado. Al tratar el asunto, procure hacerlo de la siguiente manera:

1) Lo mas pronto posible. No deje las cosas para después. De otra forma, el problema podría agravarse. Ponga en practica el siguiente consejo de Jesús: “Si estás llevando tu dádiva al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu d ´ adiva all´ı enfrente del altar, y vete; primero haz las paces con tu hermano, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva” (Mateo5:23, 24).

2) En privado. Resista la tentación de contar a los demás lo que ocurrió. Proverbios 25:9 aconseja: “Defiende tu propia causa con tu semejante, y no reveles el habla confidencial de otro”.

3) Calmadamente. Reprima la tendencia a analizar quién tiene la razón. Su objetivo es hacer las paces, no ganar la pelea. En vez de usar la palabra tu, procure hablar en primera persona. Por ejemplo, decir: “Me siento mal porque...” puede dar mejores resultados que decir: “¡Tú me hiciste sentir mal!”. La Biblia declara: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificación mutua” (Romanos 14:19).

Ejerza gran paciencia

¿Que dice la Biblia? “No devuelvan mal por mal a nadie. [...] ‘Si tu enemigo tiene hambre, alimentalo; si tiene sed, dale algo de beber’.” (Romanos 12:17, 20.)

¿Cual es la dificultad? Si en el primer intento no consigue hacer las paces, probablemente usted se desanime y quiera tirar la toalla.

¿Que hacer? Sea paciente. El temperamento y el nivel de madurez varían en cada caso. A algunos quizá les toma tiempo calmarse, y otros todavía están aprendiendo a desplegar cualidades cristianas. Siga mostrando amor y bondad.

La Biblia hace esta exhortación: “No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien” (Romanos 12:21).

Se necesita humildad, perspicacia, paciencia y amor para hacer las paces. Pero disfrutar de relaciones pacíficas bien vale la pena.

lunes, 23 de octubre de 2017

Justicia para todos... ¿La habrá alguna vez?

Los que visitan el histórico edificio Old Bailey, de Londres, donde se halla el Juzgado Central de lo Penal, ven sobre él la estatua de una mujer como símbolo de la justicia. En una mano tiene unas balanzas, para indicar que las pruebas se pesarán cuidadosamente. En la otra mano tiene una espada, que representa protección para el inocente y castigo para el culpable. En muchos otros lugares se pueden ver versiones de este símbolo, a veces con "la Justicia" vendada como representación de su imparcialidad.

Pero quizás usted se pregunte: '¿Será verdad que lo que esa estatua simboliza -justicia para todos- existe en algún país?'. Por supuesto, en todo país hay leyes, así como personas designadas para imponer su cumplimiento. Además, hay jueces y tribunales. Es verdad que muchos hombres de principios han tratado de sostener los derechos humanos y de ver que haya justicia equitativa para todos. Pero es obvio que la mayor parte de esos esfuerzos han fracasado. Casi diariamente vemos, oímos o leemos de corrupción, desigualdad e injusticia.

Considere el ejemplo de una mujer que fue llevada al tribunal. Antes de que se hubiera probado su culpa o su inocencia, el juez le indicó que él 'se encargaría' de la acusación que se había levantado contra ella si aquella mujer se reunía con él en cierto motel, obviamente para una relación ilícita. Sí, muchas veces los que han sido nombrados para garantizar la justicia han resultado ser corruptos o incompetentes. Con relación a los Estados Unidos, la revista Time informó sobre un estado donde tres quintas partes de los jueces de los tribunales superiores fueron acusados de conducta poco ética al ayudar a otro juez.

Además, cuando la gente se entera de que hay criminales que siguen evadiendo el castigo, muchas personas tienden hacia el cinismo, y ellas mismas manifiestan mayor inclinación a violar la ley. (Eclesiastés 8:11.) De los Países Bajos leemos: "Muchos holandeses dicen que los políticos estimulan la permisividad que da lugar al delito. Otros acusan a los tribunales, específicamente a los jueces [ ... ] que dictan sentencias mínimas y a veces absurdamente indulgentes". Pero necesitamos más que únicamente corregir el sistema judicial y las agencias que se encargan del cumplimiento de la ley.

Usted sabe que en muchos países hay una minoría rica que sigue enriqueciéndose, mientras que las masas empobrecidas sufren injusticia económica. Este tipo de injusticia predomina cuando, debido al color de la piel, el origen étnico el idioma, el sexo o la religión, a muchas perso~as se les niega la oportunidad de mejorar su situación o siquiera de suministrarse el sustento. Como resultado, millones de personas sufren el azote de la pobreza, el hambre y las enfermedades. Aunque muchas personas de países ricos se benefician de procedimientos médicos adelantados, muchos millones de personas sufren y mueren por no tener los medios que les permitirían conseguir medicinas básicas o siquiera agua limpia. ¡Quién va a hablarles de justicia! ¡La injusticia los acompaña desde la cuna hasta el sepulcro! (Eclesiastés 8:9).

Además, ¿qué se puede decir de las aparentes injusticias que, por lo visto, el hombre no puede controlar? Piense en los bebés que nacen con defectos congénitos . . . ciegos, atrasados mentales o deformes. ¿Le parecería justo a una mujer que su hijo naciera con defectos o que muriera al nacer, mientras otras mujeres cerca de ella abrazaran a hijitos saludables? Como mostrarálo que a continuación consideraremos, estas aparentes injusticias serán corregidas.

Sin embargo, al considerar los tiempos en que vivimos, ¿no concordaría usted con el comentario de Eclesiastés 1: 15? Allí un rey sabio y experimentado que habló desde el punto de vista humano confesó: "Lo que se hace torcido no se puede enderezar, y no hay manera de contar lo que falta".

Un hombre más famoso todavía fue Jesucristo. En Lucas 18:1-5 leemos su ilustración acerca de un juez "que no le tenía temor a Dios ni tenía respeto a hombre". Pues bien, una viuda seguía suplicándole al juez que le hiciera justicia y le concediera lo que por ley era su derecho. Pero Jesús dijo que la única razón por la cual el juez la ayudó fue porque su súplica se convirtió en una molestia para él. Eso muestra que Jesús sabía que se cometían muchas injusticias. De hecho, después a él mismo lo torturaron y lo ejecutaron como resultado de una acusación falsa, ¡ciertamente otro craso error judicial!

Muchos creen que hay un Dios a quien preocupa la injusticia. Durante una misa en un país centroamericano, el papa Juan Pablo II dijo: "Cuando se pisotea a un hombre, cuando se le violan sus derechos, cuando se cometen injusticias crasas contra él, cuando se le somete a tortura, o se le invade su hogar o se le secuestra o se le quita su derecho a la vida, se comete un crimen y una gran ofensa contra Dios". Muy buenas palabras. Sin embargo, las injusticias continúan. En ese país, de cada 10 niños de menos de cinco años de edad, 8 sufren de desnutrición. El 2% de la gente posee el 80% del terreno cultivable.

Por eso, ¿hay realmente un Dios que de veras se interese en corregir esas horribles injusticias, un Dios a quien hasta le preocupen las injusticias que lo afectan a usted? ¿Se encargará él de que alguna vez haya justicia?

Con información de
La Atalaya, 15 de febrero de 1989
Páginas 3,4

¿Está usted en paz con su prójimo?


Ama a tu prójimo. Eso es lo que se nos ha dicho. Sin embargo, no siempre es fácil. Solo el mantener la paz ya es de por sí difícil. La música rock del vecino de al lado hace retemblar las paredes de su casa. Los hijos del vecino alborotan en el pasillo. En la calle, uno corre el riesgo de ser asaltado. Al conducir en la carretera, otro automóvil se le adelanta casi echándosele encima. . . si usted le toca el claxon, ¡hasta podrían darle un tiro! ¿Una exageración? Tal vez en algunos lugares, pero no en las grandes ciudades. Los suburbios y las zonas rurales tienen sus propios problemas que dificultan el amor al prójimo.

Gran parte de la tensión se origina de este sistema de cosas moderno dominado por la tecnología. El hacinamiento en las ciudades convierte a mucha gente en enemigos mortales. En las horas punta, el tráfico rodado avanza a paso de tortuga, mientras los conductores van que echan humo. La gente en las zonas rurales corre gritando tras las gallinas del vecino que se han metido en el jardín y se lo han arruinado. Los granjeros pierden hasta la camisa cuando una plaga de insectos inmune a los plaguicidas destruye sus cosechas. Y en todas partes las industrias arrojan al medio ambiente sustancias contaminantes. El aire se oscurece por causa de la polución, cae lluvia radiactiva, mueren los peces de los lagos y hasta el agua del subsuelo está contaminada por causa de los vertidos químicos tóxicos. La salud se deteriora y se pierden vidas.

De esta manera y de muchas otras se acumula la tensión en la vida de millones de personas mientras las emociones están a flor de piel, listas para explotar, y muy a menudo explotan. Muchos buscan una via de escape dejándose arrastrar por búsquedas carnales. El materialismo egoísta, las juergas sociales, las drogas, los estilos pervertidos de vida. . . todo lo que contribuya a refugiarse en el culto del yoísmo. El amor de sí mismos puede más que el amor al prójimo, mientras la carne se sacia y el espíritu muere de inanición.

Y en los países más pobres, tanto la carne como el espíritu padecen inanición. Las revoluciones devastan la población, las enfermedades arrebatan vidas, el hambre cunde por el país, muere la esperanza, reina la desesperación.

No, en este sistema de cosas moderno no siempre es fácil amar al prójimo. Sin embargo, el amor al prójimo existe y hay muchas personas que disfrutan de paz con su prójimo.
Con información de
¡Despertad!, 22 de enero de 1986.
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